viernes, 7 de agosto de 2015

LA FAMILIA EN LA EDUCACIÓN ACTUAL

Es evidente que la vida familiar en la actualidad es bastante más compleja que la de antaño, quizás porque está sometida a muchas más presiones externas.

Es una realidad objetiva que la estructura familiar ha sido profundamente modificada, la familia extensa, concentrada, con carácter fuertemente patriarcal, en la que existía una intensa vinculación afectiva y una fuerte responsabilidad en la educación de los hijos. Se ha convertido en una familia celular, o nuclear, en la que las figuras del padre y la madre están difuminadas, y los roles parentales son confusos, lo que hacen que la familia se sienta limitada en su función educadora.

También es cierto que la incorporación de la mujer al mundo laboral, los cambios económicos, tecnológicos y sociales, condicionan las actuaciones de los padres, madres y apoderados. Y es ahí donde culpan a los maestros derivando una responsabilidad que les compete solo a ellos.

En general, los padres se sienten preocupados por la educación de sus hijos e hijas y exigen calidad de educación, en lo cual como docente estoy totalmente de acuerdo, pero ellos en ocasiones delegan alguna de sus funciones y evaden el rol correspondiente. Los docentes debieran exigir que a lo menos se compartan las responsabilidades de cada uno de los entes involucrados.

También sienten que sus conocimientos están obsoletos ante la complejidad y los problemas de la educación y por ello manifiestan un cierto deseo de formación, algunos se sienten angustiados ante la responsabilidad de educar e incluso llegan a frustrase por no saber dar respuestas convenientes a los problemas educativos. Pero los sentimientos no suelen ir acompañados por los comportamientos, y es relativamente frecuente encontrar situaciones en las que los padres no acuden a las llamadas del profesorado y se inhiben ante la búsqueda de soluciones conjuntas, y si lo hacen la mayor parte de las veces es para reproches por la mala educación de sus pupilos.

Suele ser habitual que los padres y madres acudan sólo cuando hay problemas y solo en ocasiones asisten al centro educativo en busca de información sobre el progreso académico de sus hijos.

Ante la evidencia de estos comportamientos es frecuente que se refugien en justificaciones como la escasez de tiempo, excesivo trabajo, ignorancia y desconocimiento de los hechos y las cosas educativas, etc.

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